La
aplicación “Secret” está levantando ampollas en la red;
y es que su lema “Di lo que piensas, sé tú mismo” se
está llevando a límites que a veces puede rozar lo ilegal. De
hecho, Brasil ha sido el primer país en prohibir la descarga de
dicha aplicación.
Como
enviar un mensaje en una botella en medio del mar, la aplicación
invita a compartir comentarios y sensaciones de manera anónima a tu
lista de contactos, ya sean de Facebook o Whatsapp y difundirlos en
Twitter o por correo, y aquellos mensajes con más comentarios serán
los que más visibilidad tengan.
Puedes
soltar cualquier “perlita” que se te ocurra... ya sea real, falsa
o fantaseada, la cuestión es que nadie va a saber de donde viene ni
quien la ha escrito y esto hace que la información pueda ser asumida
como cierta o no, pero mientras tanto, la piedra... ya estaría
lanzada.
Como
todo, esta app en malas manos puede llegar a hacer mucho daño; ya
sabemos lo fácil que resulta a un adolescente formular cualquier
bulo de algún compañero simplemente para dejarlo en mal lugar
delante del resto de la clase, vengarse de él o cosas todavía
peores. Sólo 48 horas bastaron para que la aplicación más popular
en EE.UU llegara a niveles virales entre la comunidad de Monterrey,
en donde Secret fue utilizada para compartir fotos de jóvenes en
poca ropa o situaciones de infidelidad. - Cyberbullying - Ante el
riesgo que representa dicha app, varios fueron los usuarios que vía
Twitter entraron en contacto con su creador, David Bytow, para
exponerle los peligros que Secret representa.
Y es
que está visto, que el ser humano utiliza cualquier invento para
dañar o dejar en ridículo al resto de sus coetáneos y más, cuando
se hace desde el anonimato, el atractivo de este se encuentra, para
muchos, en que no hay límites en lo que se pueda decir y abusan de
ello.
¿Hasta
donde la libertad de expresión roza con el derecho a la intimidad?
¿Como hacer frente a que alguien pueda expresarse libremente cuando
repercute en los derechos de los demás? David Bytow nos dio una
aplicación para poder mostrar cualquier idea, cualquier pensamiento,
cualquier “secreto” sin tapujos, desde la libertad que ofrece el
anonimato... no sería justo hacerle responsable por el mal uso que
los demás podamos hacer de ella. ¿Sería correcto prohibir una app
que en un principio se creó para un buen fin, porque el resto de los
mortales no sepamos utilizarla? ¿Como hacemos responsable entonces
al emisor del mensaje, cuando no sabemos quien es? ¿Quien paga los
platos rotos?