Una historia de Terror...

  ¿Que necesidad tenemos de pasarlo mal? ¿Que extraña sensación se apodera de nuestro cuerpo cuando queremos tener miedo? ¿Que nos incita a pasar un momento de sobresaltos y tensión? He llegado a la conclusión de que el ser humano, en este aspecto, es un poco masoca.

 

   A cientos de personas les gusta sentarse en la butaca del cine, o en el sofá de su casa a pasar miedo, un miedo que no tolerarían en la vida real, que en cualquier otra circunstancia, no serían capaces de soportar... ¿Por qué? No hay una sola razón que explique este acontecimiento, los motivos son complejos, tantos, como personas adictas a este género. No hay un factor que explique por qué tantas personas desean tener miedo de forma voluntaria, cada individuo tiene, en cada momento, motivos diferentes. Lo único que puedo llegar a admitir es que yo no puedo soportar esa angustia que se crea cuando veo una película de terror.

   Mi grupo de amigos, es un gran consumidor de películas de miedo y este fin de semana, tuvieron la brillante idea de escoger, entre todas las películas que había en el vídeo-club (sí, nosotros somos todavía de los pocos legales que alquilamos películas y no las descargamos de Internet) el gran film: La Huérfana (cágate lorito con el nombre, y con lo que pasa a lo largo de la película) Tengo que reconocer que el culpable de la elección fue "A" (mi chico) gran aficionado a las películas de terror y con ciertas ganas siempre de ver alguna que otra "obra maestra" del cine de este género. Eso sí, después de ver la película, fue el primero en salir corriendo de la casa donde estuvimos viéndo el recomendable film, mientras el grupo (éramos 7 personas en total) le seguía despavorido, mirando por los rincones de las escaleras (imaginaros unas escaleras antiguas de madera vieja crujiente, dignas de una casa encantada cualquiera, torcidas y envejecidas por el paso de los años) sin atrevernos a dar un paso sin agarrar a alguien, la pérdida de tiempo comprobando cada rincón, recoveco y curva de la escalera, hizo que el temporizador de la luz, diera por concluido su proceso y decidió dejarnos a oscuras en medio del proceso de huida. La histeria fue generalizada, agarrados los unos a los otros, una de mis amigas acabó paralizada en el suelo... el terror y el miedo, se apoderó de todos nosotros de una forma que no hubiera ocurrido de no haber visto la dichosa película. Y es que el miedo es muy malo, hace emparanoiarse de una manera tan real, que hasta lo imposible se vuelve creíble en tu cabeza. ¿Porqué justamente ese día, va a aparecer "La Huérfana" en cuestión, a clavarte un cuchillo? ¿Por qué el espíritu de turno, se va a adueñar esa noche de nuestros cuerpos, haciéndonos retorcer de dolor? ¿Por qué entre todos los presentes esa noche en la sala, voy a ser yo el elegido? Realmente no se la respuesta, pero nos creemos a pies juntillas que vamos a ser nosotros los que suframos los grandes males!

   Cuando somos más pequeños, esos miedos aún tienen más razón de ser, por que no puedes todavía distinguir (en cierta medida) que eso pueda ser real o no, pero que me decís cuando creíamos que las sábanas de la cama nos iban a proteger de todo, cual escudo impenetrable del Rey Arturo. Nos tapábamos hasta más allá de nuestras cabezas, quedándonos casi sin oxígeno y pasando un calor de mil demonios, pensando que si Freddy Krueger entraba en ese momento a la habitación, no no podría hacer nada debajo de nuestras sábanas mágicas. Antes de acostarnos mirábamos debajo de la cama por si se escondía alguien y rezábamos por no tener ganas de ir al baño, a ver quien es el valiente que sacaba un pie de la cama y la apoyaba en el suelo...

   En fin, que visto lo visto, creo que voy a tardar una temporada en volver a ver una película de miedo, tanto como el que consiga convencer a "A" de ver "Los Diez Mandamientos" que es la típica película de Semana Santa que tendríamos que haber visto, en cuenta de la dichosa peliculita de miedo!!