La verdadera historia de San Valentín...

   El día de los enamorados... el día que ese gran centro comercial, que siendo español, tiene nombre extranjero (no quiero dar publicidad) creó, para poder crecer en ventas, el gran símbolo comercial de "El día de los enamorados"... el 14 de Febrero es el día de los corazoncitos, las rosas, los bombones, las postales de amor, los regalos, que es al fin y al cabo lo que cuenta... El día de San Valentín, es el día en que todo aquel que no tiene pareja, tiene el extraño sentimiento de necesitarla, se busca pasar con alguien el día de los enamorados como si nuestra futura vida amorosa, dependiera de ello... En este día tan "blando" los escaparates se visten de rojo para denotar amor, las flores lucen lustrosas en las floristerías esperando un enamorado que las compre, miles de corazoncitos y ángeles con arcos y flechas inundan restaurantes, tiendas y demás... pero ¿Cual es el verdadero Origen de el día de los enamorados?

   La historia de San Valentín se remonta muchos siglos atrás y está envuelta en la bruma de la leyenda, tal es así, que hoy la Iglesia Católica pone en duda su existencia, y desde 1969 no celebra dicha festividad. Los orígenes de la tradición hay que buscarlos allá por el siglo III, cuando el cristianismo se expandía con rapidez por el Imperio romano, pese a los intentos de los dirigentes romanos de acabar con esta nueva fe, que amenazaba la estabilidad del Imperio.

   Según la tradición, San Valentín fue un sacerdote romano que, pese a que las autoridades romanas prohibían contraer matrimonio a los jóvenes soldados (Claudio II "el Gótico", mandó prohibir en todo su territorio cualquier manifestación de amor entre dos personas, lo que incluía todo tipo de celebraciones nupciales, el motivo es que Claudio sólo quería soldados, guerreros solteros que defendieran con brío y sin sentimentalismos su vasto imperio, consideraba que serían mejores combatientes si no tenían ataduras familiares), se dedicaba a casar a las parejas en secreto según el rito católico. Cuando fue descubierto, Valentín fue sometido a martirio y finalmente decapitado.

Otra (y poco creíble) versión, cuenta que el sacerdote Valentín fue apresado y se enamoró de la hija de su carcelero, a la que dedicó una apasionada carta de amor que firmaba como “de tu Valentín”, lo que se convertiría en el origen de la tradición de enviar las cartas y postales de amor que intercambian los enamorados el día 14.

   Una vez me contaron otra historia, que aunque no es la verídica, es la que más me gusta, por entrañable... y hablaba de que San Valentín, era un ermitaño que vivía en las montañas, un hombre viejecito y bonachón que tenía una afición, las flores. A este ermitaño, muy popular en los alrededores, acudían las parejas que se iban a casar para que les diera su aprobación, los jóvenes se iban con la bendición en forma de rosa blanca que el ermitaño les regalaba... desde entonces, me parece más simbólico el regalar una rosa de dicho color en esta fecha tan señalada...

   Sea como fuere, e independientemente del origen de dicha celebración, me niego a ser un exclavo más del consumismo y acabar en los referidos centros comerciales indicados en el inicio de mi texto, comprando cualquier regalo, porque a mi nadie me impone cuando tengo que querer, o cuando tengo que regalar; para mí, el día de los enamorados es TODOS los días, y a esa persona especial que está a mi lado... espero que así lo sienta. Mis mejores deseos, para los enamorados, para los solteros, para los trios e incluso para todos aquellos que se han negado a amar...

Y para tí, ahí donde me leas... Feliz día de San Valentín.